Este trabajo refuerza el espíritu de hermandad que debe prevalecer entre los zapotecos istmeños, demostrando que la unidad creativa de juchitecos y tehuanos podrán realizar grandes obras.
La música autóctona del Istmo se sintetiza en tres instrumentos : el carrizo, convertido en flauta; el caparazón de tortuga percutido con cuernos de ciervo joven, y el tambor construido con un tronco hueco con membranas de piel en sus extremos, percutido con dos varas o palos tallados.